Sin duda alguna, la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR) enriquecen enormemente cualquier ámbito en el que se aplican: videojuegos, formación, medicina, entrenamientos, decoración, turismo… Son conceptos que llevan varios años con nosotros pero que no acaban de «pegar el salto» al gran público, quedando limitados a mercados de nicho y a grandes presupuestos.
Uno de los factores puede ser la potencia y requisitos necesarios para crear estas experiencias: software y equipos muy específicos y de alto precio que limitan en parte todo el potencial de la VR y la AR.
Pero esto ha cambiado. Ahora han llegado a la web, y con ello puede que su despegue definitivo esté más cerca. Actualmente tenemos diferentes herramientas para crear experiencias virtuales utilizando tecnologías web y sólo necesitamos un navegador para disfrutar de ellas.